Aun palpita mi corazón y las lágrimas asoman -como inevitablemente lo hacen desde hace ya más de un mes- cuando leí la fecha de mi última publicación.
Puede parecer absurdo, pero la realidad es que tenía tanto miedo de volver a entrar a este blog, mi blog... mi lugar en este gran mundo digital... mi refugio, mi catarsis, mi auto-psicoanálisis... Sabía que sería un modo de enfrentar otra vez esta cotiadianeidad que me está agobiando... y a la vez, el temor de que por curiosidad entraras a leer mis publicaciones y me descubrieras (pero, qué ilusa!: tu egoísmo te cegó al punto de no percibirme al lado tuyo, de no valorarme)...
Es más, creo que ese fue uno de los detonantes para decidirme a escribirte estas ideas dispersas, desordenadas... tan tristemente mías:
CARTA ABIERTA:
Concebirme plena -suponía yo- era una utopía, algo que yo misma me negaba hasta que empecé a deslizarme por tus brazos, a redescubrir el sabor de tus labios... Juro que creí cada vez que decías -escribías- que me querías, que me extrañabas, que te importaba...
Sabía que era una nueva oportunidad y que, entre tantas anteriores, en algún momento teníamos que animarnos a elegirnos...
Tus palabras y tus silencios ese día marcaron cada uno de mis sentidos, me inmovilizaron, me dejaron atónita ante una realidad que interiormente me destruía pero intentaba ocultar...
No podrás dimensionar lo mucho que me culpé, que me odié a mi misma por no lograr que me elijas, que te involucres, que te animes a dar ese paso... siempre un paso detrás tuyo esperando que volvieras la mirada y me sujetaras tan fuerte para rescatarme de mis fantasmas...
Te pienso tanto y a veces mis sentimientos hacen que somatice hasta ya no poder y comprender que me estoy ahogando, que no puedo definir lo que siento, que te extraño, que necesito verte, hablar... Y ahí voy de nuevo a esperar que reacciones, que todo sea un mal recuerdo, cuando es un presente sumamente real y profundo...
Probablemente nunca hayas sido tan honesto como cuando me planteaste lo que sentías -lo que no sentías- y es verdad, yo te dejé, pero era imperioso alejarme: no quería que mis razonamientos enfermos te asociaran para siempre con el dolor... y vos me estabas lastimando...
Reconozco mi responsabilidad: siempre busco "hombres" -no quiero ser hiriente y cuestionar tu madurez- que jamás me van a elegir, es parte de un mecanismo para hacerme daño demasiado inconsciente, tanto que no puedo controlarlo... Pero supongo que esta vez, presa de mis pasiones y mi "seguridad" de que eras otra persona, fui lejos... llegue a un lugar del que nunca podré borrarte (no te estoy colocando en un altar, todo lo contrario)
Parte de este desahogo es decirte que aunque te necesite cerca ya no puedo seguir forzando situaciones... NO TE VOY A OLVIDAR, SÓLO APRENDERÉ A ASUMIRLO... Esto es lo más honesto que hoy puedo exponer. Es parte del proceso, espero que llegue algún día en que me dé vergüenza haber plasmado esta confusión y sólo seas un recuerdo, o ni siquiera eso.. la nada misma...
Y sé que ese ser que entre toda esta miseria apareció de una manera que roza lo mágico, me devuelve las ganas de sonreír (aunque será difícil involucrarme), por eso tal vez haya sido intencional mi elección de retomar el blog en este tiempo y lugar.
Disculparme si sueno melodramática o cursi, no tiene sentido... (NO LEERME es una opción) seguramente derrapando y destilando estas verdades sea el modo de cerrar las heridas: YA NO PRETENDO QUE VUELVAS A RESCATARME DE MI MISMA, SÓLO DESEO QUE TU COBARDÍA Y TUS REACCIONES INFANTILES SE DIRIJAN HACIA OTRO LUGAR, YA NO ME ALCANZA CON UNA PERSONA CONFORMISTA... ESTOY CONVENCIDA DE QUE DEPOSITÉ EN VOS TODO LO QUE QUERÍA DE UN COMPAÑERO, DISCULPAME SI ME EXCEDÍ EN PRETENSIONES... PERO TENÉ PRESENTE QUE ESTÁS PERDIENDO A UNA PERSONA (SI NO LA ÚNICA) QUE TE QUISO DE VERDAD...