Lucidez

Coloco la cucharada de café en la taza... metódica, como siempre... incorregible...
Azúcar, y comienzo a batir. La crema ya logró su punto e indefectiblemente cae el agua.
Lo pruebo y de repente estoy bebiendo distancias... Una presencia, alguien me interpela. No me atrevo a abrir los ojos ¿para qué fijar la mirada en los azulejos? No vas a estar...
Suavemente una caricia se desplaza. ¡Es tu mano! Tu tierna mano en mi rostro -y te lo permito, pese a que la vida me ha vuelto dura-. ¿Acaso burlamos la coyuntura?
Te percibo, me quito el disfraz y lúdicamente recorro la Rayuela. Por un momento me transpolo, me convierto en la Maga... somos dos recreando el capítulo 7.
¡Cuánto esperé! Las palabras son innecesarias -ya las empleamos tanto para suplantarnos-.
Los anhelos se conjugan y lo tangible altera mi mediocridad... escalofrío propio del temor de sentirte...
¿Ya lo sabías cuando me pediste que me dejara sorprender? ¿Quién acordó lo culmine para mi? -por mi-.
Se desvanece la legislación que tácimente respetamos desde siempre. No hay nadie más, nuestras soledades despliegan su dulce sabor.

Sin más vuelvo a ser eso que no quiero... despierto y nada me corrompió. Por inercia otra vez lo cotidiano me ahoga. ¿Por qué abrí los ojos? ¿Por qué se acabó la taza de café? ¿Por qué me dejé vencer por el temor otra vez?


Hoy rompo la regla... solo escribo yo! Es que tantas citas, frases se me presentan que prefiero sólo la escasa claridad de mis palabras...

2 comentarios:

Lida dijo...

Qué hermoso Ceci este escrito!! Me encantó!!

Ceci Burello dijo...

Muchas gracias Lida!!! no me esperaba las repercusiones que tuvo este escrito...
Supongo que será porque escribí desde lo profundo de mi...
Saludos!!!

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