Imagen

Vacía o excedida en dudas... La mujer como hacedora de su propia imagen. Percepción de si misma, de mi misma...

¿En qué momento una comienza a detestarse? ¿Cuándo empiezan los cuestionamientos a cerca de la belleza? ¿Belleza interna o externa? Sentir que no se encaja en los estereotipos nos hace creer especiales, podemos desafiar las reglas; pero, ¿qué más? si soy mujer y por ende deberé ser ama de casa, madre, esposa...
Débil me paseo por mi propio laberinto indagándome, buscándome. Proceso interno por excelencia, me deslizo por mis conflictos y evado todo tipo de situación que requiera de mi un compromiso...
Huyo porque es cómodo, porque dentro de la eterna queja de "la dejada" se encuentra la otra cuestión que hace al todo: yo no se si se compartir y estimo no estar preparada para ello, por eso me escudo en esa figura que me vuelve frágil y me protege del miedo a crecer... del miedo de que exista un alguien capaz de interpelarme y revelarme que sí puedo...
Herta Müller define con un trazo delicadamente femenino la percepción que la mujer se permite tener de si misma en una sociedad patriarcal:

En tierras bajas (fragmento)

(...) Me tumbo en la hiedra. Käthe se sienta en una piedra junto al arroyo.
Veo los calzoncitos azules de Käthe con la mancha amarilla de peras podridas entre sus muslos. Käthe deja resbalar su falda entre sus piernas. Käthe azota el agua bajo las piedras con un palo. 
Yo miro el agua y le pregunto: ¿eres ya una mujer? Käthe tira guijarros al agua y dice: sólo la que tiene un marido es una mujer. ¿Y tu madre, qué?, le pregunto partiendo una hoja de abedul con los dientes. Käthe desoja una margarita y va diciendo: me quiere, no me quiere. Käthe arroja al agua el corazón amarillo de la margarita: pero mi madre tiene hijos, dice. La que no tiene marido, tampoco tiene hijos. (...)