Inevitable

Nunca sería suficiente... así le obsequiara todo lo que a mi alcance este... ofrecerme humildemente... sólo me resta entregarle un fragmento sublime de JULIO CORTÁZAR, a quien admiro profundamente (capitulo 7 de Rayuela), ya que mi memoria selectiva los asimila.

Sólo él tiene la capacidad de poner palabras a lo profundamente desbordante, las lágrimas son incontenibles:

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

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